Lo que debemos repudiar sin perdonar

Los corruptos en el poder hablan todo el tiempo de transparencia, pero rechazan a quienes verdaderamente poseen ese don. Basta un mínimo esfuerzo por trascender sus palabras, para descubrir en el lenguaje corporal su alma negra. Razón le asiste a Enrique Tierno cuando advierte: "Los bolsillos de los gobernantes deben ser de cristal." FZV

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FRANCISCO ZAPATA VANEGAS
Director Escuela del Buen Vecino
Reconocido hombre público
Constitucionalista y docente
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Por estos días en todo el mundo, está en pleno apogeo una movilización de ciudadanos que dicen y exclaman ser los profetas contra un arrasador y terrible mal: la corrupción.

A decir verdad, desde que existe el poder, existe la corrupción. En cada capítulo de la historia humana se hace referencia a esta peste que es casi tan vieja como el hombre. En la ciencia política a cada instante se cita a Lord Actón con su sentencia: "El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente."

Quien escoge la oscura profesión de la corrupción, adquiere el mejor talento de mago y embaucador. No se sonroja al mentir, y, además de ladrón, es astuto. Todos ellos hacen parte de los "hombres imperfectos", siguen el camino del pecado y cometen arbitrariedades. Algunos comienzan graciosamente apoderándose de un lápiz mientras se acomodan como funcionarios perversos a la diaria violación de las normas, violan los contratos y, seguidamente, van sustituyendo cada vez un delito pequeño por otro mayor.

Su presencia se convierte en lugar común. En el liderazgo de lo público se cuelgan "medallitas" de los santos y, frente a las multitudes, invocan a Dios mientras roban los alimentos de los niños, contratan puentes tan frágiles que se desploman sin ser inaugurados, comercian con la salud de la gente prefiriendo las partidas de defunción, venden licencias a constructores inescrupulosos de edificios que hacen fraude con materiales a precio de huevo, jugando con los sueños y las vidas de familias vulnerables. Desafían todo, desafían a Dios y a la naturaleza perforando montañas con estudios "chuecos" a fin de cambiar la suerte de los ríos ocultando información de gravisimos riesgos sin siquiera sonrojarse, sin importar la muerte de pueblos enteros.

La corrupción la llevamos presente en nuestra mente y es gobernada por nuestro corazón. Y en alguna medida somos corruptos. Es tan corrupto el más humilde cuando no paga un café, como el más poderoso y educado que roba a granel. Las cárceles están inundadas de profesionales mega ladrones, muchos de ellos con maestrías y doctorados de universidades elitistas nacionales y del exterior. Son los mismos que se hacen sabios en atesorar conocimientos sin ética alguna, les importa un ápice el interés supremo de la humanidad. Puede más su envilecido ego, su vanidad desbordada, y su desaforada codicia por la riqueza material. Solo les importa su repugnante y egoísta estilo de vida. Son ajenos a toda suerte de virtuosismo, solo viven en condición de esclavos de sus bolsillos.

Los corruptos en el poder hablan todo el tiempo de transparencia, pero rechazan a quienes verdaderamente poseen ese don. Basta un mínimo esfuerzo por trascender sus palabras, para descubrir en el lenguaje corporal su alma negra. Razón le asiste a Enrique Tierno cuando advierte: "Los bolsillos de los gobernantes deben ser de cristal."

Allí donde hay poder, hay imprudencia, hay corrupción. En los órganos de representación se hacen expertos en decir una cosa y luego votar otra. Sus familias se desmoronan con el ambiente de anti valores que muy pronto descubren en ellos sus esposas e hijos. En esas casas donde todo lo que adorna es robado, muy pronto todo se vuelve infelicidad bajo techo al convivir con monstruos que a través de la corrupción, renuncian a la libertad para optar por la condición de miserable.

Ante un flagelo que cada vez se reinventa con los avances de la ciencia y la tecnología, lo mejor es estar atentos. No basta con oír, escuchar y ver; hay que escudriñar más en la vida de esos falsos líderes... los falsos profetas que hacen tanto daño a nuestra condición material como a nuestra alma. Para identificarlos y aislarlos de nuestras vidas, hay que hacerles minucioso seguimiento, cotejar salarios y honorarios con su vertiginoso e inexplicable enriquecimiento. Son hijos de la peste y de la pandemia, les da igual llevarse al bolsillo una jeringa, desaparecer un mercado, hasta conformar un entramado de complicidad de viejos y "jovenzuelos" habidos de mordida. La invitación es a "detenerse en el detalle". Si!, conforme a esas palabras sabias de Cantinflas en sus películas.

Los filósofos predican la felicidad en tanto se prefiera ser buenos y éticos ante el flagelo de la corrupción. Y conocer la historia ilustra y ayuda a dilucidar, porqué desde la Grecia de Aristóteles hasta la Roma de Rómulo, el ejercicio del poder degeneró en corrupción. Es lo mismo que ocurre actualmente en distintos puntos del planeta con gobiernos ejercidos en países y comarcas por delincuentes. Afortunadamente...ninguno hasta la fecha se ha salvado de la inevitable decadencia. FZV20 para forochat.com.co

Francisco Zapata Vanegas es abogado constitucionalista Universidad de Antioquia, Autónoma. Combina su ejercicio profesional con la docencia. Es actualmente Director de nuestra Escuela del Buen Vecino EBV. Sus artículos gozan de reserva de derechos de autor y son exclusivos del portal forochat.com.co