El pasado 14 de diciembre de 2022, el obispo Álvarez fue acusado de cometer los crímenes de conspiración en contra de la integridad nacional, del Estado y de la sociedad nicaragüense. Por otro lado, el régimen de Ortega Murillo constituye un foco de inestabilidad para Centroamérica, y en particular para países fronterizos como Costa Rica, e incluso Colombia.
Y es la hora de ocuparnos en detalle de Perú, el país que sufre y padece la más grave crisis política desde la era del autócrata Alberto Fujimori (quien gobernó entre los años de 1990 y 2000), por cuenta del populismo, del socialismo del siglo XXI y del comunismo. El destituido presidente Pedro
Castillo no sólo resultó ser todo un corrupto y un golpista, sino un perfecto inepto en administración pública. Como buen populista de izquierda, Pedro Castillo, tanto como candidato, lo mismo que como presidente, y ahora como presidente destituido, ha conseguido dividir, enfrentar y polarizar a los peruanos entre ricos y pobres, o entre indios y no indios, o entre provincianos y limeños. Pero lo que más resulta intolerable, es el hecho de que los presidentes de México, Colombia, Bolivia y Argentina, respalden a Pedro Castillo, y que incluso el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, exprese que sigue reconociendo a Castillo como presidente. Tras un mes de la destitución de Pedro Castillo, se registraron unos cincuenta (50) fallecidos por cuenta de las protestas, casi todas violentas y desaforadas, especialmente en los departamentos andinos del sur del país, por su enorme población campesina e indígena, que además simpatiza con el régimen boliviano, que les ha estado respaldando de varias maneras, tal cual lo viene haciendo el propio Evo Morales, razón por la cual el gobierno peruano le prohibió ingresar al país. Por otro lado, en Bolivia opera un grupo indigenista extremista y radical denominado Ponchos Rojos, que bien puede extenderse al sur del Perú, si no es que tiene presencia ya. La crisis política y social del Perú es de tal magnitud, que bien puede llegarse a una guerra civil, en razón de la enorme población campesina e indígena, especialmente quechua y aimara. Y otro riesgo posible, es que varios departamentos andinos del sur peruano, como Ayacucho, Cuzco y Puno, pretendan separarse del Perú.
Ya en el ámbito global, la principal amenaza contra los valores de Occidente, contra su cultura política, democrática y liberal, está constituida por el acelerado ascenso de la Comunista y Totalitaria China, cuyo régimen reprime crudamente cualquier oposición o cuestionamiento, reprimiendo también a las minorías étnicas y religiosas, tales como los uigures, quienes profesan el islam, lo mismo que a los católicos y a otras minorías cristianas, a los practicantes del Falun Gong, y a los budistas tibetanos. Gracias a la informática, a la robótica y a la inteligencia artificial, la omnipresencia del régimen y su respuesta, hacen ver la distopía orwelliana de 1984 como una inocente e infantil guardería. Pero el totalitarismo chino no se limita a su territorio, sino que el régimen lo importa a cualquier país del globo que caiga bajo su influencia, gracias, además, a las prácticas corruptas con que lo consigue. Recientemente China extendió su régimen totalitario a Hong Kong, violando los acuerdos suscritos con el Reino Unido para recuperar tal territorio. La China comunista representa una poderosa amenaza para Taiwán, a la cual considera como su provincia, y cuya anexión militar parece inminente. Y China representa también una seria amenaza para todos los Estados del Sudeste asiático.
Entre los pocos países donde pervive el comunismo, se encuentran Vietnam y Laos. Y una más de las permanentes amenazas la constituye el régimen comunista y totalitario de Corea del Norte, motivo de preocupación para Corea del Sur y Japón.
Uno más de los Estados del Sudeste asiático que han padecido dictaduras, golpes de Estado e inestabilidad, es Tailandia. Y cómo olvidarse de Afganistán, otro Estado fallido en manos del islamofascista régimen Talibán, que es uno de los muchos legados del comunismo soviético, pues tras la invasión que tuvo lugar en 1979, se oficializó el ateísmo, justo en un país de fuerte fe religiosa, lo que provocó la consolidación del islamismo radical.
En cuanto a la India, aunque constituye la más grande democracia del mundo, recientemente ha tomado un nacionalismo de condición hinduista, mientras las minorías religiosas sufren la
discriminación. Además, aunque supuestamente el sistema de castas indio fue suprimido, en la práctica continúa vigente. Otro país sumamente crítico, es Birmania, la actual Myanmar, donde tras su independencia, apenas si ha conocido la democracia, estando actualmente bajo una dictadura militar.
Pero la principal y actual amenaza para la estabilidad mundial, lo mismo que para la Europa oriental y la propia Unión Europea, es la Rusia de Vladimir Putin con su cruenta invasión de Ucrania. Putin ha conseguido perpetuarse en el poder desde el año 2000, imponiendo un régimen autoritario y autocrático basado en el nacionalismo, y que lamentablemente cuenta con el respaldo del actual Patriarca ortodoxo ruso de Moscú. Tras la invasión rusa de Ucrania, los Estados europeos de Suecia y de Finlandia solicitaron su ingreso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, lo cual constituye un importante revés para el expansionismo de Putin. Por otro lado, uno de los más importantes aliados de Vladimir Putin es Alexander Lukashenko, quien gobierna de manera autocrática en Bielorrusia desde 1994, sin perder de vista la alianza silenciosa pero eficazmente proveedora que mantiene con China. En su propio vecindario, Vladimir Putin ha reprimido brutalmente a los separatistas chechenos, quienes profesan el islam. Tener también en cuenta la acción contundente de Putin, cuando ha intervenido militarmente en contra de los Estados de Moldavia y Georgia, favoreciendo el separatismo de varias de sus regiones.
En cuanto al Sudeste asiático, en países como Malasia e Indonesia, rigen regímenes teocráticos de condición musulmana. Filipinas, por su parte, padeció el régimen autoritario presidido por Rodrigo Duterte y Roa, quien gobernó entre 2016 y 2022.
Otros países como Paquistán, padecen también las teocracias de condición musulmana, junto a Irán o Arabia Saudita. El Estado de Israel, por su parte, se encuentra permanentemente amenazado por Irán y por grupos palestinos como Hamas, que le son absolutamente hostiles. Por fortuna Israel viene consiguiendo tener buenas relaciones con varios Estados árabes de la región.
Otra de las regiones con mayores niveles de inestabilidad es Oriente Medio. Irak, por ejemplo, es otro Estado fallido, gracias, en buena medida, a la salida prematura de Estados Unidos y sus aliados, tal cual procedieron con Afganistán. El vacío dejado en Irak por parte de los aliados, fue ocupado por el islamofascista Estado Islámico. Otro Estado fallido más, es Siria, donde tras la llegada de la Primavera Árabe de 2011, el régimen autocrático respondió con total violencia y represión, dando lugar a un conflicto armado que ha provocado el éxodo de millones de sirios hacia los países vecinos como Irak, Líbano, Turquía y la propia Europa. En cuanto a Irán, el país se encuentra sometido, desde la revolución islámica de 1979, bajo un régimen teocrático, liderado por las ayatolas, jefes religiosos del islam chiíta. El pasado 16 de septiembre de 2022, la Policía de la Moral detuvo a Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años, por no llevar correctamente puesto el velo, falleciendo tres (3) días después bajo custodia policial, lo que provocó la ira de incontables iraníes, incluso hombres. Muchas mujeres desafiaron al régimen quemando los velos o cortándose sus cabellos. Aunque el régimen iraní suprimió supuestamente la Policía de la Moral, ha respondido a las manifestaciones con una fuerte represión, condenando a muerte a varios iraníes vinculados con las protestas.
En Libia, donde la llegada de la Primavera Árabe consiguió derribar el régimen militar y autocrático de Muamar el Gadafi, a quien se le dio muerte, fue sucedida por el enfrentamiento de diferentes facciones, incluido grupos islamofascistas como Estado Islámico, que parecen haber convertido a
Libia en otro Estado fallido. Siguiendo con la situación política, institucional y social del continente africano, muchos de los países se encuentran inmersos en múltiples conflictos armados como consecuencia de rutas del narcotráfico, como es el caso de las regiones de África occidental y central; o por la disputa por el control de las minas de oro, diamantes o coltán, como sucede en el Congo; lo mismo que por cuenta del colonialismo; y a todo lo anterior cabe sumar la acción de grupos terroristas islamofascistas como Al-Qaeda, Estado Islámico y Boko Haram.
Finalmente, varios de los Estados que conforman la Unión Europea vienen padeciendo el ascenso de fuerzas políticas neonazis, neofascistas y populistas, que buscan el respaldo mediante la defensa del nacionalismo, de la xenofobia, o de elementos propios del comunismo. En España, la actual coalición del gobierno cuenta con la participación del partido político Unidos-Podemos, de condición radical y antiliberal, que además respalda un buen número de regímenes autoritarios del mundo entero, en particular los latinoamericanos como Cuba, Venezuela y Nicaragua. Por otro lado, una más de las amenazas que afronta desde hace varios años la Unión Europea, viene por cuenta de fuerzas políticas euroescépticas, mientras actualmente, Estados como Hungría o Polonia se han distanciado de los principios y valores apuntalados por la Unión.
* Analista político, reconocido constitucionalista en los claustros universitarios, escritor y periodista. Con amplia experiencia en la función del Estado, actual Portavoz Red Mundial Buen Vecino RBV. E-mail: [email protected]
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