Esa suerte de miserables como dice mi abuelo Víctor Hernán, son los mismos que se han sorprendido al ver triunfar a Daniel Quintero. De nada les valió comprar los votos, corromper conciencias, engañar, amenazar, robar, mentir, extorsionar, y defraudar. De inmediato se les ocurrió que Quintero hizo lo mismo para ganar. Pero mi abuelo Víctor Hernán, que es tan sabio, dice que es la reacción esperada: "todo ladrón juzga por su condición".
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Jhon Anderson Baquero Osorio
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Señores forochat, para solicitar publicación de mi carta:
Desde que tengo uso de razón, siempre ha sido un lugar común el escuchar que el paisa es bondadoso, sincero, solidario, además de ser colombiano de buena vibra. Precisamente ha sido ese el motor que me ha animado a ingresar al activismo político con el interés no solo de elegir, sino también de lograr en un mañana ser elegido, primero para representar en el CMJ a los jóvenes de la 9, aquí en Buenos Aires, y luego, claro está, llegar al concejo municipal, y ser también alcalde popular de Medellín.
A raíz de toda la mezquindad que le está sucediendo a mi líder Daniel Quintero, obligado a enfrentar la clase corrupta de vieja data, yo me he dedicado a preguntarle sobre toda esta situación caótica a mi abuelo Víctor Hernán, porque es humilde y sabio, con mucha experiencia y conocimiento crítico de todo lo que ha sido el operar de los inescrupulosos
"combos políticos", los mismos que desde el siglo pasado han usufructuado el poder gubernamental en Medellín.
A diferencia del profesor de arquitectura urbana de mi universidad privada, el mismo que olvidándose de toda observancia ética y de respeto a la academia, semana a semana descalifica grotescamente en clase a mi alcalde Quintero, mi abuelo en cambio, es sereno y me pone en contexto frente a tantos actores de poder visibles e invisibles que desde el siglo pasado operan en nuestra Medellín, mi abuelo los califica con el término más apropiado: miserables.
Mi abuelo Víctor Hernán, me cuenta por ejemplo, que estos actores del poder visibles, son cínicos, rastreros y muy oscuros en su proceder; que son una suerte de miserables que se embrujan en movimientos y partidos políticos con sus familias, empresas y toda suerte de
"combos" para llenar sus sucios bolsillos con dineros que saquean de los presupuestos, hasta llegar incluso a meter sus sucias manos en las epm.