Entrevista al perro Chester

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Por: Andrés David Pineda*
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Como un personaje bastante folclórico se le recuerda al periodista y escritor de historias barriales, Alonso Salazar, el mismo señor que se congracio, toleró y acompañó pendejadas como aquella de mal llamada alborada el ultimo día de cada noviembre, a la puerta de diciembre. Yo confieso que para esa época muy poco o casi nada retuve de este alcalde Salazar, a mis trece años de edad apenas me movía seguirle el hilo a Discovery Kids, a los clásicos de mi equipo de fútbol paisa, bastante atención le prestaba a la música de ese momento con los ritmos hip hop, y estar al día con los nuevos teléfonos que ya para la época grababan videos. La huella del alcalde Salazar que si dejó en mi y en mucha gente, fue por allá como en el 2012, ya finalizando su cuarto de hora en el puesto, recuerdo que le dio por congraciarse con la `gente maluca` de los barrios que les dio por un antojito muy desgraciado en contra de las aves, los gatitos y perritos: La `caliente alborada`, que desde entonces inunda la última noche de noviembre con bombardeo de pólvora volviendo contaminación el cielo de Medellín, es que cada vez parece como que la ciudad de la eterna primavera se anexara de pronto a la Franja de Gaza. Desde entonces la tortura que viven los animalitos indefensos con ese detonar inmisericorde y criminal de pólvora desde antes de diciembre y así hasta el ultimo día del año, me motivo a realizarle una entrevista a Chester, el perrito de Estiven mi compañero de universidad. Yo quiero que Chester hable en nombre de su gremio de perritos, de sus amigos los gatitos, de las aves, de la fauna toda y de la gente deprimida por el ambiente turbio que nos convirtió el diciembre de medallo, hoy ya es una cruel y horrible noche. A continuación la anunciada entrevista:

Andrés: En la guerra sin cuartel que en Medellín los humanos le declaran en diciembre a los animales a punta de pólvora, ¿Cuál raza de ustedes los perros sufren màs durante este ataque infernal?

Perro Chester: Que le digo yo, pues de una vez le cuento que los gatos si son meros resistentes, uno sabe que ellos tienen sentidos muy potentes a la luz y al ruido, entonces no le paran bolas a esas cosas, tengamos en cuenta que estos compadres son de vida muy independiente a los humanos, casi insensibles a diferencia de nosotros los perros. En cambio las aves son las más vulnerables porque sus oídos están siete o diez veces más desarrollados que los de los humanos, y cualquier cosa ajena a la armonía de la naturaleza los pone a sufrir fuerte y colapsan, se desprenden muertos de donde están: las ramas, los techos, o salen despavoridos y se estrellan con cualquier cosa. Las aves más jóvenes se aturden porque el ruido de la pólvora las afecta llegando a abandonar sus nidos. También puede provocarles taquicardias, estrés, ansiedad, interrupciones en sus ritmos de sueño y alimentación, e incluso infartos.
Para nosotros los perros no deja de ser esto toda una ironía, vivimos al pie de los humanos de día y de noche acompañándolos con lealtad incondicional, pero de pronto nos meten en su locura y sufrimos mucho.

Andrés: Señor perro, ¿cómo vivió la tradicional alborada de este 2024?

Perro Chester: Para mi la tal alborada, fue toda una pesadilla, y puedo contarle que para mis vecinos perros también. Todavía relampaguean en mis pupilas todos esos rayos de luz espantosos en el firmamento, se sentía como si el fuego me envolviera hasta quemarme vivo, pero el horror màs impresionante venía del vecindario y de distintas partes de la ciudad, era tal la serie de detonaciones que pensaba que una de esas explotaría y saldría en pedacitos por el aire. Pero de milagro sigo vivo, aunque todavía me despierto ante cualquier ruido, vivo muy tensionado y nervioso. Me enteré que la mascota del vecino Daniel se murió de un infarto, y un perrito de Lina, una universitaria que vive arriba en mi edificio, murió al lanzarse del quinto piso.

Andrés: Pero entonces para ustedes los animales la navidad es todo un suplicio.

Perro Chester: Pues si es feliz porque sentimos a nuestros amos muy contentos, por esta época se ven muy joviales, muy familiares y con mucha algarabía, y se portan muy bien con uno, son màs cariñosos debido a esa movida parrandera. A nosotros los animales nos gusta que los animales humanos sean cariñosos y alegres. Claro que le cuento aquí en secreto, que otros perritos màs tiernos comentan de abusos de toda clase, se sobrepasan personas jóvenes y viejas que resultan muy desatinadas por el trago y la droga, y hasta de juguetes los ponen.

Andrés: Entonces diciembre en Medellín cambia para mal sus hogares, no se sienten relajados y plenos, ¿es así?

Perro Chester: Pues toca aguantarnos tanto bullicio, música a todo taco, y mera gente reunida que nos causan mucha tensión y ansiedad, también por esta época aparecen en nuestra casa muchos visitantes, todos ellos nos manosean y para todo gritan, la verdad que es una época muy tensa a la que hay que resignarse porque es diciembre.

Andrés: ¿Pero cómo participan ustedes en la navidad?

Perro Chester: Yo no alcanzaría a explicar porque todo es muy confuso, uno come mucho porque encuentra en el piso cosas que dejan tiradas, uno nota que todo mundo nos quiere involucrar en sus pendejadas, y muchos borrachos quieren payasear con uno para reirse y pasar el momento. La verdad, uno termina intoxicado y metido debajo de las camas y los muebles.

Andrés: Pero son el centro de atracción en la familia, ¿eso no es envidiable?

Perro Chester: Los animales humanos no aprecian debidamente lo que nosotros somos, piensan que somos la extensión de ellos, creen que nos gusta ser famosos, importantes, celebres, nosotros fuimos creados por la naturaleza para ser animales con propósito de compañía sobria y útil a los humanos, no para ser importantes hasta tratar de introducirnos en mundos ajenos a nuestro hábitat. Tampoco somos cosas de moda y diversión.

Andrés: Cuénteme, ¿no es mucha la gratitud cuando la familia de la casa los incluyen en fotos y películas, cuando les hacen en navidad tanto video?

Perro Chester: Una foto o un video con nuestros amos nos hace bien, es demostración de gratificación por la compañía que ofrecemos, pero vuelvo y repito, hay rayos magnéticos que nos causa depresión y ansiedad, sentimos el corazón a cinco mil, la verdad ese ritmo exagerado nos deprime mucho, pero eso jamás lo entenderán porque somos animales, para los humanos seremos siempre inferiores.

Andrés: Pero faltan el 7, el 24, y el 31 de diciembre, ¿se imagina cómo va a ser?

Perro Chester: Usted lo ha dicho, todo eso serà un infierno para nosotros, es muy triste que los humanos sean irracionales, que nos hagan tanto mal cuando nosotros solo sabemos ser útiles en las casas, y se lo digo porque en esas fechas de caos y anarquía, ni en casa estamos seguros ni tranquilos. Los humanos se enloquecen muy raro, nuestros oídos sufren mucho con parlantes que suenan como bombas subterráneas, no pegamos los ojos en todas esas noches, y en la calle es un bombardeo inmisericorde, lo que viene es terrible, aumento del ritmo cardíaco y respiratorio que terminan en infartos causando la muerte debido al pánico generado.

Andrés: ¿Entonces quién podría ayudarlos a ustedes?

Perro Chester: Yo no veo quien, es que en esas fechas la autoridad, los que mandan, se hacen los de la vista gorda, nadie cumple sus tareas de protección, y los medios de comunicación y redes, solo se deleitan haciendo viral el sufrimiento o la muerte de mis compañeros los animales. Todo lo vuelven viral, lo convierten en espectáculo, al fin y al cabo somos simples animales. Claro que los más olvidados y más perjudicados por los daños que sufren son nuestros hermanos de la fauna silvestre.

* Próximo abogado, Presidente de la Fundación La Gente.

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