Petro es politicamente in-correcto debido a su lealtad y coherencia en la defensa frontal del modelo de sociedad inclusiva y de Estado regulador de las inequidades; es el discurso de lo social compartido por colombianos de la efigie de Iván Cepeda, Aída Abella, la socialdemócrata Piedad Córdoba, Ángela María Robledo..todo ellos en defensa de la principialistica de la carta del 91, el pacto social curiosamente promulgado en pleno furor del neoliberalismo gavirista arrodillado a la utopía del mercado, aquel que se autorregula porque asigna los recursos de manera mucho más eficiente que el Estado. ¡mentira!
Queda más que claro que Colombia ha sabido beber en la cantera de la
"crematística" de Aristóteles, la misma que concibe que el dinero no se produce mediante articulación alguna con la economía real, sino a partir de la especulación. Es el cuento que ya no se traga la Colombia de a pie, eso gracias al activismo de Gustavo Petro siempre denunciando un modelo neoliberal fracasado ante un mercado que se hunde en una segunda crisis comparable a la del 29. Mientras tanto, los necios cacarean que lo que sigue es desmontar el Estado ineficiente; olvidan que es el mismo Estado el llamado a salvar las empresas quebradas, las malas gestiones económicas, el hueco abismal de la corrupción, y la recesión producida por ese neoliberalismo feroz.
Tomamos la vía de la Colombia Humana de Petro, o nos vamos a la debacle total representada por la anti política o política light de las
"frases bonitas pero huecas", aquella acción romantica - utilitarista - personalista de la
"hamaca del centro" de los trajinados Sergio Fajardo, Roy Barreras, Claudia Lopez, Vargas Lleras, Federico Gutierrez, los Char y Antonio Navarro. ¿Jugamos a más de lo mismo? ellos tienen ya su menú: los
"reality de los mercaditos", las
"casitas infrahumanas" y las mega obras para los oligopolios, mientras nos entretienen con los show del
"arre" colgando en camioneta con megáfono a ritmo de gritería de rebaño. A ellos sólo los anima el megalómano propósito de hacerse al poder pescando en río revuelto, su misión ya es conocida: servir a los carteles del capital mientras desmontan el Estado. Son siameses del neoliberalismo cruel y despiadado de Uribe.
¡No olvidemos!, todos ellos recitan ante el mundo la reducción de la pobreza porque cada día miles de millares de pobres mueren de hambruna. Siguiendo fielmente el libreto, a Gustavo Petro le cuelgan la chapa del "castrochavismo" porque habla de inclusión, de pobreza extrema, de inequidades y corrupción, de desarrollo sostenible. Abramos bien los ojos... el centro de ellos representa el continuismo uribista que es la negación de la pobreza y el simple mantenimiento del statu quo, el camino por el abismo, por ese abismo oscuro, accidentado e incierto. JCB
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