La situación es del todo terrible, se escuchan diálogos en mi paraje Estancia da Gilvania, hay quienes osan afirmar que una plaga tan devastadora no tenia historia en estos lugares. Los que moran en Serranos Gemares causan en mi y en todos fatal terror al narrar sucesos cuando se trata de ayuda a sus familias, dicen terminar también ellos convertidos en victimas por tener que acercarse al cuerpo de los enfermos, todos ellos decadentes, que ni plegarias ha valido, hasta probar que tampoco ha servido ancestrales practicas que puedan aliviar la pena. En punto final, ha sido inútil soluciones, solo quedando mas que renunciar, abandonar a los enfermos a la suerte, a la cruel cercanía de morir, se dan por vencidos ante el daño fatal.
La amiga de todos Goreti Salles comparte versión de imposible socorro de alimentos casa a casa por sentirse fetidez, degradación, putrefacción en todo lugar, condición muy penetrante y de horrible miedo a contagio. Mucha ayuda movilizada que se ven a continuidad en obligación de dejarle en entre calle a tanto desesperanzado, la contaminación aire es grave, numerosos de ellos han fallecido y apestan. En jardines del frente es ocasional el uso por lo menos para sepultar uno de la misma familia.
Preguntar por muchos que faltan en sociedad, se obtienen respuestas diversas de famílias con honda vergüenza, informan que su parentela está de viaje, dato de excusa a sabiendas de no haber turismo por tanta desolación. La historia de un conductor del Colegio Olavie Bilac testigo presencial sobre muertos en caños sin que sean recolectados, a ellos nadie se acerca ni siquiera pájaros negros de carroña que a lejana distancia solo observan con mirada viscosa, apagada, indiferente, penetrante y de muerte, estos si que prefieren la decisión de mejor ayunar.
Seguimos con gran impresión por Bolsonaro que dijo ser esto la sencilla gripe, sin enterarse en su mundo de poder de la desgracia popular, casos abundan de muertos ocurridos por falta de cuidado, los muertos tanto ha sido viejos velhos como jóvenes abandonados por sospechas menores que empeoran hasta terminar sus vidas joviales.
Enfermeras narran la muerte por peste de numerosos a puertas de hospital esperando atención, se vuelven morados, los ataca la asfixia siendo abandonados de momento por parientes ante terror de ser contaminados. El encierro es la decisión en sus casas para entregarse muchos a excesos de baño alcoólico, embriague, comer y comer y la lujuria entre jóvenes y adultos idosos por verse cercanos al mismo final. Acudir a brujería de la región de Xingu con amarres de tradición de tribu de los Caimura, casos se ven de hacer llamado Sapaim para espantar demonios como final consuelo al mundo de hambruna y tanto rechazo de sociedad.
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