Con cierto interés velado, otros más por desconocimiento de la historia, afirman desde distintos estamentos, que la marcha del 21 de noviembre de este año 2019, ha sido en Colombia la más grande en impacto y número de participación en la capital y en todo el país. La marcha del silencio que fuera impulsada como manifestación política por el jefe liberal Jorge Eliecer Gaitán el 7 de febrero de 1948 en Bogotá, es sin lugar a dudas el precedente histórico más grande que ha vivido Colombia. En esa manifestación marcharon casi 100 mil personas, cuando Bogotá contaba apenas con 400 mil habitantes. Para ese entonces, todas las ciudades marcharon y se manifestaron contra la violencia bipartidista, en el contexto del régimen conservador de Mariano Ospina Pérez, a quien se le acusaba de ejercer con sus simpatizantes conservadores, un ataque sistemático a militantes liberales en todo el país. La denominada marcha del silencio, tuvo como referente la posesión del presidente conservador el 7 de agosto del 48, el rechazo a los asesinatos de la policía política "Popol", el posterior pedido de renuncia de los ministros por su inferioridad con la causa social de entonces, cosa que jamás atendió Ospina Pérez, muy al contrario, más bien echó más leña a la hoguera, al nombrar canciller a Laureano Gómez, uno de los acusados de impulsar la violencia contra los liberales en todo el territorio nacional. También agudizó el enfrentamiento con el régimen conservador, la alianza premeditada con la dirigencia oficial del partido liberal, con lo cual el gobierno logró aislar y desconocer el impresionante liderazgo popular de Gaitán, con ocasión de la realización en la capital, de la Conferencia Panamericana, foro internacional con delegados de todos los países, que daría luego lugar al surgimiento de la OEA.
En los últimos 30 años, y con un país que se aproxima siempre a los 50 millones de habitantes, hemos tenido marchas y movilizaciones inmensas. En el 2008 la de 1 millón de personas marchando contra las Farc, que indiscutiblemente marcaron el inicio del declive de esa organización criminal. La de las bananeras de 1928, protagonizada por trabajadores, jornaleros y campesinos, la misma que culminó con una masacre. Las protestas de 1909 contra el autoritario conservador Rafael Reyes, quien pretendía perpetuarse en el poder, sus oscuras y sucias jugadas contra la oposición, y su confuso proceso negociador en la separación de Panamá, todo eso empeoró las cosas, caldeó más a los marchantes, y precipitó una medida desesperada, como fue declarar el Estado de sitio. Sobrevino la renuncia de Reyes a la presidencia.
Las marchas contra la dictadura de Rojas Pinilla entre el 53 - 57, ocasionó 10 estudiantes muertos y muchos heridos. Pero antes de la del 21 de noviembre de 2019, aparecían las marchas del 14 de septiembre de 1977 como la más grande y violenta. En esa movilización de todas las centrales obreras se pedía la renuncia del Presidente López Michelsen, por su pésima gestión de gobierno, el altísimo costo de vida, así como la renuencia del gobierno de aumentar los salarios.
Hoy nos encontramos con las marchas del pasado 21 de noviembre de 2019, movilizaciones que como siempre, han sido motivadas y protagonizadas por los estudiantes. La Universidad Nacional continúa protagonizando las movilizaciones en el país. Forochat Dominical presenta voces muy autorizadas al respecto. A la pregunta: ¿hay razones para marchar?, aquí tenemos las opiniones forochat.com.co
ANDRES DAVID PINEDA
Reconocido líder juvenil de Medellín. Llegó a la ciudad desplazado como victima de la violencia del occidente antioqueño donde perdió su padre. Luego fue despojado de su casa humilde en Bello. Su otra prueba de fuego la vivió hace unos meses con la pérdida de su progenitora a causa de condiciones de vida precaria. Hace parte del colectivo Independientes
Gaitán hablaba en 1948 del país político y del país nacional. Yo creo que ese eco del líder del pueblo sigue retumbando en una sociedad que no se cansa de buscar las oportunidades, el respeto por los Derechos Humanos, y, ante todo, la construcción de un país joven que tenga la plena oportunidad de gobernar transformando los territorios. A mi me parece que cuando una sociedad marcha, está demostrando que está viva, que se resiste a la opresión, rechaza la corrupción, y defiende un modelo de sociedad de inclusión, de innovación y de fraternidad para todos. Los procesos democráticos que se han vivido en muchas de nuestras ciudades, sus triunfos electorales recientes se han logrando marchando, mirando a la cara a los ciudadanos, ofreciéndoles posturas de mejor gobierno. Marchar entonces, es la nueva cara de la democracia participativa y pluralista.
FRANCISCO ZAPATA VANEGAS
Abogado Constitucionalista Universidad de Antioquia, Universidad Autónoma. Docente universitario, escritor, asesor jurídico empresarial, destacado hombre público
Siempre he venido pregonando a mis estudiantes, que la carta del 91 contiene todas las formulas para que vivamos mejor, para un buen gobierno, para tener garantías y derechos Humanos en todo el país. La Constitución denominada de la nueva Colombia, claramente se sustenta en el Principio Rector de la Dignidad Humana. Su origen tiene como escenario una marcha muy pacifica y contundente: La Séptima papeleta.
Las marchas, las protestas, las movilizaciones, las masivas denuncias de violaciones a los Derechos Fundamentales, la denominada limpieza contra los que piensan diferente, la actitud discriminatoria contra nuestra hermandad venezolana, la corrupción y la politiquería, todo eso en mi pensar sustenta y legitima la presencia activa de la gente en las calles. Cuando hay desgobierno, desbordamiento de poder, impericia, negligencia, abusos de las autoridades, los niños en la Guajira que mueren por desnutrición, las ordenes médicas de un sistema de salud que parece en pacto secreto con las funerarias, el tema pensional que cada vez se vuelve ficción, entonces es necesario marchar. Y pienso yo que debe ser en absoluta tranquilidad y civilidad, de lo contrario sería un contrasentido reclamar lo que no se da. Como la gota sobre la roca, pienso que este es el comienzo de la construcción de sociedad civil.
Es el momento de leer en casa, en el aula, es decir, en todo lugar y hora, la Sentencia T-388 de 2013, por medio de la cual la Corte Constitucional declaró el estado de cosas inconstitucional.
ALEJANDRO MOLINA GIL
Activista juvenil del colectivo por la felicidad de la infancia, directivo de la Escuela del Buen Vecino EBV, activista en diferentes causas voluntarias vecinales. Gestor social del oriente de la ciudad. Profesional social y Experto en marketing
Debemos marchar para reclamar los derechos y los benéficos que el Estado colombiano nos debe brindar como ciudadanos. Aunque vivimos tiempos críticos, he tenido una mala experiencia con la convocatoria sindical, por eso como muchos, prefiero hacer una campaña por redes de análisis y profundización.
Tengo el interrogante: ¿Que ganamos los seres humanos con marchar? Desde las primeras transformaciones en Europa, la edad media, el renacimiento, las luchas sociales en Inglaterra, Francia, el conflicto entre nazis y bolcheviques, el capitalismo occidental entre otros, los llevó a todos por igual a las calles porque la gente se cansó de lideres que no siguieran sus necesidades y marcharon para generar los cambios. Mi segundo punto de visión es la analítica en las que me impactan dos versiones, la del pensador alemán de preguerra Nietzche, y la del pensador suizo Carl Jung en plena post guerra.
Nietzsche dice en el Zaratustra: la gente marcha, porque la guerra y las valentías humanas han logrado realizar mas que el amor humano en las sociedades. Yo pienso que en lo que el mundo vivió después con las dos grandes guerras y los subconflictos en diversas partes del mundo, representa un vestigio del tema para ser más estudiado y criticado. Mi otro punto con Jung seria opuesto. Jung en el hombre y sus símbolos tiene una frase de mi gusto que dice: una psique (interior humano ) en guerra consigo misma solo explota cuando su luz se libere.
En pocas palabras, nuestra sociedad colombiana siempre ha luchado entre riqueza y pobreza. No han logrado acuerdos sino aplazar aun más el descontento, y entre mas se demoren, tomará más fuerza la codicia y la corrupción, que no verá correcto poner en vigencia ese conocimiento sabio. Marchar es apelar entonces a la experiencia del pueblo humilde. De todas maneras, yo veo que este país no va mejorar, y nuestra sociedad se tornará mas difícil.
DOMINIK DE MARIA
Abogado Universidad de Antioquia, especialista en Derecho Financiero y de los Negocios U. P. B., analista constitucional, y creador en Facebook, de los grupos Sociedad Abierta y No más Dictaduras
Aunque en Colombia son frecuentes los paros y las marchas, poco o nada suelen concretar respecto de los intereses generales o mayoritarios del Pueblo Colombiano, más allá del favorecimiento del interés particular de sus animadores y promotores. Ello se explica en razón del conflicto armado, pues las guerrillas han capturado, ciertamente, la sociedad colombiana, de suerte que muchos colombianos no se manifiestan para no ser confundidos o identificados con la oposición armada. Por otro lado, existen contradicciones profundas entre los sectores que convocan marchas y paros, como los sindicatos, incluido el magisterio, y los movimientos estudiantiles de las universidades públicas, quienes no pocas veces son hostiles respecto de los gobiernos y del Estado colombiano, pero que siempre han sido solidarios con la Dictadura Cubana, la Dictadura China, y ahora respecto de la Dictadura Venezolana, por no hablar de la solidaridad estudiantil con las Guerrillas Comunistas. Por otro lado, el Caracazo que tuvo lugar en Venezuela en 1989, dio lugar a la Dictadura Venezolana que se impuso menos de diez (10) años después, consiguiendo que el Pueblo Venezolano pasara de contar con una Democracia Imperfecta y Corrupta, a padecer una Perfecta Dictadura, astronómicamente corrupta, de modo que el paro del pasado 21 de noviembre puede degenerar en el favorecimiento de líderes y propuestas de condición antidemocrática.
CARLOS ANDRÉS ECHAVARRÍA BLANDÓN
Es Ingeniero Civil de la Universidad Nacional, Especialista en Gestión Empresarial de la Universidad Santo Tomás, Creador de empresas y líder en emprendimiento con amplio reconocimiento público y privado en razón de sus Asesorías e interventorias
Dejando a un lado las actuales “marchas” cuyo objetivo es meramente político, su único propósito es el de implantar en el Palacio de Nariño al megalómano incendiario de Gustavo Petro, con toda su comitiva de súbditos que desean para Colombia un modelo de política económica fracasado en más de 50 países.
Pensar realmente en el país, nos llevaría a todos a marchar para que Colombia por primera vez entre realmente a un ser un país de libre mercado, el cual nunca hemos vivido, ya que las regulaciones actuales son más cercanas a los sistemas socialistas que a un sistema capitalista puro. Si tuviéramos un país rico, de libre mercado, los jóvenes no tendrían que salir a marchar por educación porqué su trabajo bien remunerado les permita pagársela, tampoco salir a marchar por salud, pues su trabajo les permitiría costearse un médico particular, los jóvenes ni nadie marcharía por un sistema de pensiones, sus ingresos cómodos de trabajo les permitiría crear un capital suficiente para vivir cómodamente el resto de sus días.