COLOMBIA, UN PAÍS DESGRACIADO
20 diciembre, 2018
LO BUENO, LO MALO Y LO FEO DEL AÑO QUE TERMINA
30 diciembre, 2018LOS INVITO A VIVIR LA NAVIDAD EN FAMILIA
MEDELLÍN CON PRINCIPIOS PROMUEVE LA NAVIDAD EN FAMILIA la imagen de animación cortesía eluniversal.com.co
Sin importar las creencias de las personas, tenemos ansias por llegar una época muy especial del año, época anhelada por 11 meses.
Diciembre es el mes más querido de todos. Vale hacer un alto para preguntarse, ¿por qué?, ¿por el nacimiento de un bebe hace más de 2000 años en una zona donde muy pocos llegarán a conocer en su vida?, ¿por los regalos que se entregan las noche buena?, y también - porqué no- cabe preguntarse, ¿por la llegada de amada prima de servicios por los trabajadores dependientes?. Estoy seguro que ninguna de las preguntas contiene la respuesta acertada, la llegada de diciembre significa que llegan los abrazos, llegan los besos, llegan los amigos y llega la familia.
La novena de aguinaldos, es una perfecta excusa para estar con toda la familia nuclear por nueve días consecutivos, es la ocasión perfecta para ver los niños jugando y riendo a su alrededor, comiendo el manjar exquisito que en ninguna otra época del año sabe igual, natilla y buñuelos. Y si a eso le sumamos los repertorios de un Pastor López o un Rodolfo Aicardi, estamos en un pedazo de cielo.
Los que antes éramos los niños sentados alrededor del pesebre esperando con ansias la novena para cantar tutaina, el tambolirero, la Noche de paz; para luego disfrutar los dulces, y eso que no faltaba el tío o los abuelos alcahuetes que llevaban regalos para repartir. Ahora somos esos mayores que se reúnen para ver los sobrinos, nietos, primos, etc., y ser esos tíos alcahuetes tratando de rememorar esos bellos recuerdos, apostándole además a cultivar la tradición en las nuevas generaciones, para que no se les olvide que la familia es lo más importante que existe.
Los años pasan, y muchas de las personas que estaban en primera fila y que eran la piedra angular de la reunión, ya no están con nosotros aquí. Pero seguimos celebrando en esta ruleta de que es la vida, seguros de que los abuelos, padres y demás seres queridos que partieron antes que nosotros, se regocijan en ese otro mundo con la permanencia aquí de la tradición.
No son los regalos lo que constituyen ese todo, el sólo hecho de estar reunidos es la bendición que esperamos, el verdadero milagro de navidad.
Ser católicos, cristianos, judíos, budistas, musulmanes, ateos, ninguna de esas condiciones personales interesa en diciembre. Todos queremos sentirnos apreciados y queridos y demostrar que no estamos solos, que venimos de algo y que seremos más que un solo ente en el vasto universo.
Existen períodos de la vida que nos llevan a una rebeldía en busca de la identidad. La adolescencia y los principios de los veinte años nos llevan a creernos inmortales. Tenemos juventud, energía y un desparpajo que nos hacen los dueños del mundo, y en esos momentos lo somos gracias a esa sobredosis de soberbia que nos aparta un poco de las cosas sencillas, de la gente cálida. Pero conforme vamos madurando y vemos que nuestros hijos crecen, queremos que ellos vivan esas mismas bonitas experiencias, esa es razón de peso para que retornamos al nido para actualizar hermosas experiencias de vida, y ¿saben qué?, lo mejor es sentir esa acogida de los mayores, es como si nunca nos hubiéramos ido, nos reciben con los brazos abiertos y con un beso y un abrazo.
Así es mis amigos lectores, ésta columna semanal que normalmente trata de problemas del país, hoy está dedicada al amor, hoy está dedicada a la hermandad, hoy está dedicada a la familia. Y recuerden, es la mejor época del año, por eso los invito a que traten de vivirla al máximo, que diciembre es un mes muy corto.
Así es la vida, breves espacios de felicidad que deben ser explotados al máximo, con la apuesta a lograr impactar de manera positiva a sus familiares y amigos. Si se logra recibir un abrazo al momento de la llegada de todos a los hogares de sus familiares, se debe estar seguro que se está labrando y transitando por un buen camino.
¡Una feliz navidad les deseo!
Carlos Andrés Echavarría Blandón es Ingeniero Civil de la Universidad Nacional, Especialista en Gestión Empresarial de la Universidad Santo Tomás, Creador de empresas y líder en emprendimiento con amplio reconocimiento público y privado en razón de sus Asesorías e interventorias. Colaborador semanal del portal de opinión forochat.com.co
Diciembre es el mes más querido de todos. Vale hacer un alto para preguntarse, ¿por qué?, ¿por el nacimiento de un bebe hace más de 2000 años en una zona donde muy pocos llegarán a conocer en su vida?, ¿por los regalos que se entregan las noche buena?, y también - porqué no- cabe preguntarse, ¿por la llegada de amada prima de servicios por los trabajadores dependientes?. Estoy seguro que ninguna de las preguntas contiene la respuesta acertada, la llegada de diciembre significa que llegan los abrazos, llegan los besos, llegan los amigos y llega la familia.
La novena de aguinaldos, es una perfecta excusa para estar con toda la familia nuclear por nueve días consecutivos, es la ocasión perfecta para ver los niños jugando y riendo a su alrededor, comiendo el manjar exquisito que en ninguna otra época del año sabe igual, natilla y buñuelos. Y si a eso le sumamos los repertorios de un Pastor López o un Rodolfo Aicardi, estamos en un pedazo de cielo.
Los que antes éramos los niños sentados alrededor del pesebre esperando con ansias la novena para cantar tutaina, el tambolirero, la Noche de paz; para luego disfrutar los dulces, y eso que no faltaba el tío o los abuelos alcahuetes que llevaban regalos para repartir. Ahora somos esos mayores que se reúnen para ver los sobrinos, nietos, primos, etc., y ser esos tíos alcahuetes tratando de rememorar esos bellos recuerdos, apostándole además a cultivar la tradición en las nuevas generaciones, para que no se les olvide que la familia es lo más importante que existe.
Los años pasan, y muchas de las personas que estaban en primera fila y que eran la piedra angular de la reunión, ya no están con nosotros aquí. Pero seguimos celebrando en esta ruleta de que es la vida, seguros de que los abuelos, padres y demás seres queridos que partieron antes que nosotros, se regocijan en ese otro mundo con la permanencia aquí de la tradición.
No son los regalos lo que constituyen ese todo, el sólo hecho de estar reunidos es la bendición que esperamos, el verdadero milagro de navidad.
Ser católicos, cristianos, judíos, budistas, musulmanes, ateos, ninguna de esas condiciones personales interesa en diciembre. Todos queremos sentirnos apreciados y queridos y demostrar que no estamos solos, que venimos de algo y que seremos más que un solo ente en el vasto universo.
Existen períodos de la vida que nos llevan a una rebeldía en busca de la identidad. La adolescencia y los principios de los veinte años nos llevan a creernos inmortales. Tenemos juventud, energía y un desparpajo que nos hacen los dueños del mundo, y en esos momentos lo somos gracias a esa sobredosis de soberbia que nos aparta un poco de las cosas sencillas, de la gente cálida. Pero conforme vamos madurando y vemos que nuestros hijos crecen, queremos que ellos vivan esas mismas bonitas experiencias, esa es razón de peso para que retornamos al nido para actualizar hermosas experiencias de vida, y ¿saben qué?, lo mejor es sentir esa acogida de los mayores, es como si nunca nos hubiéramos ido, nos reciben con los brazos abiertos y con un beso y un abrazo.
Así es mis amigos lectores, ésta columna semanal que normalmente trata de problemas del país, hoy está dedicada al amor, hoy está dedicada a la hermandad, hoy está dedicada a la familia. Y recuerden, es la mejor época del año, por eso los invito a que traten de vivirla al máximo, que diciembre es un mes muy corto.
Así es la vida, breves espacios de felicidad que deben ser explotados al máximo, con la apuesta a lograr impactar de manera positiva a sus familiares y amigos. Si se logra recibir un abrazo al momento de la llegada de todos a los hogares de sus familiares, se debe estar seguro que se está labrando y transitando por un buen camino.
¡Una feliz navidad les deseo!
Carlos Andrés Echavarría Blandón es Ingeniero Civil de la Universidad Nacional, Especialista en Gestión Empresarial de la Universidad Santo Tomás, Creador de empresas y líder en emprendimiento con amplio reconocimiento público y privado en razón de sus Asesorías e interventorias. Colaborador semanal del portal de opinión forochat.com.co
La Calle Lo Dice, con el mensaje humanista de navidad del ingeniero y nuestro colaborador Carlos Andrés Echavarría Blandón. Imagen Wikipedia.
