REFUGIADOS
26 junio, 2018
¡DETÉNGANLOS, HACEN TRIZAS LOS ACUERDOS!
3 julio, 2018¿QUIÉNES SON LOS DIOSES DEL FÚTBOL?
Imagen de animación cortesía Café Prensa
El fútbol, el deporte de multitudes, el que electriza a niños y grandes, ricos y pobres, el que unifica a todos los estratos sociales, y cuyo poder e influencia supera a organizaciones internacionales como la ONU, y la Unión Europea, ha permitido incluso hablar de dioses con guayos. Todo inició cuando Maradona metió un pícaro gol con el puño a los ingleses en el mundial de 1986, para explicar luego con cierto ingenio espontáneo, que el tanto había sido anotado por la "mano de Dios". La frase hizo carrera desde entonces, quedando grabada en la historia sacra de la teología futbolistica, consolidando para nuevos apóstoles su proceso de consagración rumbo al altar de la idolatría. Son varios los que se han creído dioses: Ronaldiño el de la favela brasilera, al igual que su compatriota el gordo Ronaldo, y en el proceso actual de la Rusia 2018 con una "copa milagro", podría serlo Neimar. El fútbol argentino ha querido acercarse a los altares de la consagración universal de la mano de Francisco, el fiel devoto del Club San Lorenzo, pero ha faltado una buena dosis de divinidad a su artillero Messi con su doloroso trance ante Francia 2018. A los altares del dios fútbol no llegará por ahora otro santo gaucho.
En cuanto a los episodios más épicos entre la religión y el fútbol, está el protagonizado por el gordo Ronaldo hace unos años. Su fallido y cruel intento por inscribir la epístola de la divinidad sublime emulando semidesnudo y con sus brazos abiertos el cristo universal del Corcovado en Rio de Janeiro, suceso que a la postre le resulto adverso y eclipsó su brillante carrera. Rayos y centellas le cayeron desde Roma por parte de Juan Pablo II, el mismo que sin vacilar lo tildó de blasfemo hasta lanzarlo a lo mas profundo de las tinieblas, como duro escarmiento al pueril intento de competir con la divinidad del Cristo único. La fragilidad del crack Ronaldo se puso manifiesta al sobrevenirle una gravisima lesión que lo alejó de las canchas sin que obrara poder alguno de la ciencia medica a fin de remediar su terrible mal. Más tarde, y vestido de sensible humildad, Ronaldo logró una cita con el papa para pedir perdón, el cual le fue concedido con cierta reticencia como lección de humildad y de clara notificación sobre la primacía del Dios universal, el de la religión de Roma, que en contraste con Yerry Mina al invocarlo, es el Dios del fútbol. Fueron las plegarias a ese mismo Dios de Yerry que le permitió al crack brasilero volver a las canchas.
También los más grandes literatos se ha inclinado a un Dios del fútbol. El uruguayo Eduardo Galeano en obras míticas como "fútbol a sol y sombra", y "el puntero izquierdo" - entre otras, es fiel y embrujadora descripción divina del fútbol. Capítulo aparte merece el autor de "la peste" Albert Camus, el Nobel de literatura que en su apasionado paso por el fútbol vistió el uniforme de la selección de Nigeria. A el le debemos esa expresión que cobra fuerza cada que llega un mundial: "La patria es en realidad la camiseta de la selección". De igual manera se ocuparon del fútbol en su tiempo los inigualables Gabo y Mario Benedeti, dedicados a citar expresiones de quienes han despertado la más universal devoción gracias a sus episodios de leyenda sacra en las canchas, que les ha hecho creer en su inmortalidad. Sentencias como la del rey Pelé: "Nací para el fútbol como Beethoven para la música", y otra más: "Nunca habrá otro Pelé. Mi padre y mi madre cerraron la fábrica". Y otros escritores se han ocupado de un dios más polémico y controvertido como Maradona. A cada instante citan su lacónica expresión: "En la clínica hay uno que se cree Napoleón, otro San Martin, y a mi no me creen que soy Maradona". Pero los que escriben de fútbol y viven del fútbol, han olvidado una inexorable realidad que afecta a sus dioses. Que a diferencia de los santos de la iglesia romana, a los suyos no se les recuerda cuando abandonan las canchas. Sus iglesias entonces no perduran en el tiempo.
Lo que si resulta a todas luces divino es el fútbol. Victoria, vida y muerte representan el fútbol como religión en toda su divinidad. Los gladiadores en el campo de juego se encargan de oficiar la más sublime y bélica ceremonia, inexorablemente regulada por un factor de muerte: el tiempo. En las tribunas se vive con toda la intensidad la victoria o la muerte al mejor estilo antiguo del coliseo romano. Con el cronometro en mano, hay una acción a ejecutar: vencer al adversario, a ese adversario que representa algo más allá del mal y que se le combate sin piedad. A aquel que desde la galería, le vociferan miles de millares de gargantas sedientas de victoria y con sangre a máxima ebullición los cánticos más mordaces y desafiantes, tal y como ocurre por ejemplo con los devotos y legionarios hinchas del Boca Junior en las tardes soleadas de domingo en su templo: "boca no tiene marido, Boca no tiene mujer, Boca tiene un hijo bobo, que se llama River Plate".
La fiebre del mundial que todo lo paraliza, me animó a escribir sobre la pasión del fútbol para concluir con la cita de un autor anónimo que se pregunta ¿Quienes son los dioses del fútbol?: "Los dioses del fútbol, son dioses patas arriba, que primero suben a los cielos y después descienden a los infiernos, donde generalmente están sentados a la derecha de los proveedores de droga, las muchachas de vida disipada y los amigos que se aprovechan de su dinero". Son entonces dioses imperfectos para una religión perfecta: el fútbol. FZV18 para forochat.com.co
FRANCISCO ZAPATA VANEGAS tema forochat.com.co
Abogado Constitucionalista Universidad de Antioquia y Autónoma
Docencia Universitaria en programas Derecho y Periodismo
Abogado en ejercicio y Consultor Político
Director Escuela del Buen Vecino
En TEMA FOROCHAT.COM.CO nuestros distinguidos columnistas invitados, son responsables de sus opiniones, lo que significa que sus posiciones no comprometen en nada la linea Editorial oficial del portal de opinión global vecinal forochat.com.co
En cuanto a los episodios más épicos entre la religión y el fútbol, está el protagonizado por el gordo Ronaldo hace unos años. Su fallido y cruel intento por inscribir la epístola de la divinidad sublime emulando semidesnudo y con sus brazos abiertos el cristo universal del Corcovado en Rio de Janeiro, suceso que a la postre le resulto adverso y eclipsó su brillante carrera. Rayos y centellas le cayeron desde Roma por parte de Juan Pablo II, el mismo que sin vacilar lo tildó de blasfemo hasta lanzarlo a lo mas profundo de las tinieblas, como duro escarmiento al pueril intento de competir con la divinidad del Cristo único. La fragilidad del crack Ronaldo se puso manifiesta al sobrevenirle una gravisima lesión que lo alejó de las canchas sin que obrara poder alguno de la ciencia medica a fin de remediar su terrible mal. Más tarde, y vestido de sensible humildad, Ronaldo logró una cita con el papa para pedir perdón, el cual le fue concedido con cierta reticencia como lección de humildad y de clara notificación sobre la primacía del Dios universal, el de la religión de Roma, que en contraste con Yerry Mina al invocarlo, es el Dios del fútbol. Fueron las plegarias a ese mismo Dios de Yerry que le permitió al crack brasilero volver a las canchas.
También los más grandes literatos se ha inclinado a un Dios del fútbol. El uruguayo Eduardo Galeano en obras míticas como "fútbol a sol y sombra", y "el puntero izquierdo" - entre otras, es fiel y embrujadora descripción divina del fútbol. Capítulo aparte merece el autor de "la peste" Albert Camus, el Nobel de literatura que en su apasionado paso por el fútbol vistió el uniforme de la selección de Nigeria. A el le debemos esa expresión que cobra fuerza cada que llega un mundial: "La patria es en realidad la camiseta de la selección". De igual manera se ocuparon del fútbol en su tiempo los inigualables Gabo y Mario Benedeti, dedicados a citar expresiones de quienes han despertado la más universal devoción gracias a sus episodios de leyenda sacra en las canchas, que les ha hecho creer en su inmortalidad. Sentencias como la del rey Pelé: "Nací para el fútbol como Beethoven para la música", y otra más: "Nunca habrá otro Pelé. Mi padre y mi madre cerraron la fábrica". Y otros escritores se han ocupado de un dios más polémico y controvertido como Maradona. A cada instante citan su lacónica expresión: "En la clínica hay uno que se cree Napoleón, otro San Martin, y a mi no me creen que soy Maradona". Pero los que escriben de fútbol y viven del fútbol, han olvidado una inexorable realidad que afecta a sus dioses. Que a diferencia de los santos de la iglesia romana, a los suyos no se les recuerda cuando abandonan las canchas. Sus iglesias entonces no perduran en el tiempo.
Lo que si resulta a todas luces divino es el fútbol. Victoria, vida y muerte representan el fútbol como religión en toda su divinidad. Los gladiadores en el campo de juego se encargan de oficiar la más sublime y bélica ceremonia, inexorablemente regulada por un factor de muerte: el tiempo. En las tribunas se vive con toda la intensidad la victoria o la muerte al mejor estilo antiguo del coliseo romano. Con el cronometro en mano, hay una acción a ejecutar: vencer al adversario, a ese adversario que representa algo más allá del mal y que se le combate sin piedad. A aquel que desde la galería, le vociferan miles de millares de gargantas sedientas de victoria y con sangre a máxima ebullición los cánticos más mordaces y desafiantes, tal y como ocurre por ejemplo con los devotos y legionarios hinchas del Boca Junior en las tardes soleadas de domingo en su templo: "boca no tiene marido, Boca no tiene mujer, Boca tiene un hijo bobo, que se llama River Plate".
La fiebre del mundial que todo lo paraliza, me animó a escribir sobre la pasión del fútbol para concluir con la cita de un autor anónimo que se pregunta ¿Quienes son los dioses del fútbol?: "Los dioses del fútbol, son dioses patas arriba, que primero suben a los cielos y después descienden a los infiernos, donde generalmente están sentados a la derecha de los proveedores de droga, las muchachas de vida disipada y los amigos que se aprovechan de su dinero". Son entonces dioses imperfectos para una religión perfecta: el fútbol. FZV18 para forochat.com.co
FRANCISCO ZAPATA VANEGAS tema forochat.com.co
Abogado Constitucionalista Universidad de Antioquia y Autónoma
Docencia Universitaria en programas Derecho y Periodismo
Abogado en ejercicio y Consultor Político
Director Escuela del Buen Vecino
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El humanista y abogado constitucionalista Francisco Zapata Vanegas, uno de nuestros más virales colaboradores, nos sorprende con fútbol. Imagen Wikipedia.
