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ÉTICA Y POLÍTICA EN LA COLOMBIA CORRUPTA

LUCIANO GÓMEZ Portavoz provisional Colombia Con Principios
Licenciado en español y Literatura Universidad de Antioquia
Corrector de Estilo en Periódicos y Revistas internacionales
La política, a principios de la filosofía griega, con Aristóteles, se dividía en tres campos de conocimiento: la física, que era el conocimiento de todo, hasta que el saber humano se fue especializando; la lógica, que era el mecanismo de desarrollo de la inteligencia en la búsqueda y la indagación, y la especulación en la búsqueda de algo; y después estaba la ética. Y cuando Aristóteles y otros filósofos hablan de la ética, tienen, dentro ésta, la política. Entonces, en aquella época, la ética y la política estaban indisolublemente unidas, es decir que la política forma parte de la ética; y ambas son las dos caras de una misma moneda; hacen parte de un todo indestructible.

Ahora bien, si entendemos la política como un medio para interactuar en el seno de la sociedad y buscar superar y resolver los problemas y conflictos, o, como en el caso colombiano, para mantener el “orden”, para que todo siga igual y la corrupción continúe campante, igualmente aplica una determinada ética.

¿Cómo se desarrolla entonces la ética en la política? Por medio de comportamientos y actitudes. Por ejemplo, decir la verdad, que no es propiamente una característica que distingue a la gran mayoría de los políticos (léase politiqueros), debería ser un valor que distinga a quienes hacen política. Un segundo aspecto o valor, relevante, cuando hablamos de ética en política, tiene que ver con el ejemplo. No hay discurso que valga cuando la práctica contradice a las palabras, y esto, en nuestro medio es más que latente: un país con un gran caudal de políticos pícaros, deshonestos, corruptos, pero que hablan de transparencia, honestidad y hojas de vidas intachables…
En tercer lugar, los medios para llegar a los fines o la máxima maquiavélica, “el fin justifica los medios”, es ampliamente aplicada. Para muchos, “todos los caminos conducen a Roma”, lo que quiere decir que no importa lo que se tenga que hacer (comprar votos, entregar millonarias sumas de dinero…), ni cómo, aunque sea pisoteando los intereses colectivos, lo importante es lograr el o los objetivos. Nuestra historia particular es rica en ejemplos de todos los gobiernos y, por supuesto, de muchas individualidades que han “contribuido” a saquear el erario público, la mayoría, gozando de plena impunidad.

Y ¡ojo!, no es como nos lo quieren hacer creer los medios de comunicación y los mismos políticos causantes del desastre, que supuestamente eligiendo bien, entre los mismos de siempre, las cosas van a cambiar… No. El sistema está montado para reproducir comportamientos, actitudes y antivalores, es decir, la misma “ética” con la cual ellos se conducen, pues el Estado colombiano es, como dice el Dr. Gilberto Tobón Sanín, politólogo, un “Estado pre-moderno y patrimonial, o sea el Estado es un patrimonio, un botín que hay que capturarlo y saquearlo”. Bajo esa lógica, ¿qué ética y cuál moral pueden conducir los destinos de nuestro país?

"El hombre es un animal que estafa, y no hay otro animal que estafe además del hombre"
Edgar Allan Poe
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Con su habitual estilo y profundidad, Luciano Gomez, licenciado Universidad de Antioquia, se refiere al gravísimo flagelo de la corrupción en Colombia. Imagen Wikipedia