UNA LECCIÓN DE GRATITUD

Siendo las 7:46 pm aproximadamente, el tigre Toby se sentaba en una de las mesas de aquel negocio, se disponía a comer algo; mientras esperaba su cena reflexionaba sobre su actual situación, no se encontrabá en muy buenos pastos ya que estaba desempleado hacía varios meses y sus finanzas se veían seriamente afectadas a consecuencia de estas dificultades, además la falta de ingresos impactaba los demás aspectos de su cotidianidad. Él era un animal que desde cachorro se caracterizó por ser independiente y estas circunstancias lo afectaban emocionalmente debido a la dependencia que presentaba de su familia, que gracias al creador lo apoyaba en estos difíciles momentos. La situación de Toby no era ajena a la realidad de la república animal, donde los índices de desempleo se han convertido en un flagelo para la sociedad en general, que requiere de los ingresos monetarios provenientes del sistema capitalista que rige.

Los índices de desempleo entregados por el gobierno en los últimos años ha presentado un comportamiento que tiende al descenso, en los últimos 9 años ha pasado de un 11% a un 9%, sin embargo las estadísticas no reflejan fielmente las situación, es del saber público que éstas son representadas por fríos números y si bien el empleo ha crecido en los últimos años la rata que representa éste crecimiento es lenta, tirando un cálculo ambiguo y superficial la velocidad de este, es de 0,22% por año. Esta no es la circunstancia más preocupante, aunque lento ha ido mejorando y según la tendencia lo seguirá haciendo, lo más preocupante de esta coyuntura son las condiciones laborales de muchos de los trabajadores, donde lo devengado por la gran mayoría de la población es a lo sumo el mínimo vigente, que según los cálculos no logran soliviar los gastos generales y básicos de un individuo o en peores situaciones de familias completas, sin mencionar aquellos animales que se preparan académicamente y devengan salarios muy inferiores a los establecidos por la ley a consecuencia de empresas que sacan ventaja de las necesidades de los cesantes, también están aquellos que no logran encontrar un puesto ya que según el sistema están sobre calificados (claro esto solo mirando desde el punto de vista de empleo, porque si se desglosaran todos los problemas sociales derivados de esto, no alcanzaría este pequeño relato, necesitaríamos una saga completa con pre-cuela incluida) Esta última situación laboral era el caso del tigre, quien aún esperaba la carne destinada a proporcionarle energías.

Rita una zarigüeya algo veterana, en su juventud fue un animal trabajador, responsable y solitario, su historia estuvo plagada de acontecimientos difíciles y pese a las adversidades salió adelante gracias a su fortaleza y gran capacidad laboral, por estos tiempos los días difíciles han vuelto, Rita es una afectada

más del flagelo del desempleo y en su contra pesa la soledad, pues Rita no tiene familia y depende únicamente de los ingresos generados de su ahora nula actividad laboral, siempre se sintió orgullosa de su independencia y autosuficiencia, aunque ahora la situación la llevó a disfrazarlos, luego de muchos días de una búsqueda infructífera de empleo sus ahorros se consumieron y se vió abocada a salir a las calles a pedir ayuda económica, llegando al negocio donde Toby se disponía a cenar, se acercó a él y le solicitó una moneda, lo miró a los ojos mientras este le extendía su mano con algunas monedas, las cuales agradeció y se retiró. La mirada de Rita había generado un sentimiento de empatía en el tigre comelón, pues en esos ojos notó refugiados aquellos sentimientos, no pudo contenerse y busco a Rita pues entendía perfectamente cómo podría sentirse una necesidad tan grande que lleve al orgullo a disfrazarse de humildad.

Al encontrarla la invitó a un café y en una amena plática se fue enterando de la situación, de cómo las circunstancias la habían llevado a solicitar la ayuda de extraños, de cómo en unas horas tendría que caminar a su casa (que gracias a dios era propia) con el orgullo herido, el estómago vacío y los pies cansados -no son penas dijo, en peores situaciones me he visto, pero vida tengo y de esta también saldré, pues como siempre ha sido Dios proveerá y mucho hay por agradecer- Le brindó una tímida sonrisa y cuando se disponía a retirarse, Toby la detuvo, pues conmovido no podía quedarse sin brindarle la ayuda que salió a buscar, caminaron y él le compro algunos víveres que la sostendrían durante algunos días. Aquellos ojos saturados de sentimientos esta vez se vieron repletos de la gratitud, que inundó el ser de esta vieja luchadora, quien no supo expresarlo de otra manera que bañando de bendiciones al tigre Toby, feliz tomo el trasporte para su hogar con la bolsa llena de unos días de tranquilidad y de tiempo para buscar alguna alternativa para solucionar sus afecciones.

Caminando a tomar su transporte, el tigre ya no se lamentaba de su situación, aquella señora le había enseñado como no dejarse vencer por las circunstancias, que los tropiezos hacen parte del camino y aún en el más oscuro túnel existen razones para agradecer, él lo único que no tenía era empleo, pero contaba con animales en su entraña dispuestos a ayudarle, a darle la mano en los momentos difíciles, también aprendió como la gratitud te brinda una mirada diferente para conservar lo que no puede desaparecer, el positivismo y la esperanza de un mañana mejor. Así mismo cabe rescatar los valores familiares, luchar por el núcleo de la sociedad y jamás dejar de lado la generosidad pues lo dice la biblia “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (II Corintios 9:7)

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