La Orden Cívica para la Universidad Nacional

Al aproximarse a los primeros 150 años de fulgurante y excelsa existencia, la Universidad Nacional de Colombia es justa y honrosa acreedora a la distinción Orden Cívica en su máxima categoría Ganimedes, prestigioso galardón que en la capital antioqueña otorga la sociedad civil desde el año de 1987. Y la honrosa distinción en nombre de la ciudadanía, también se extiende a los más de 130 años de una de sus actuales y más emblemáticas facultades: la Facultad de Minas de Medellín.

Alma Máter de la educación superior de todos los colombianos, su fundación data del 11 de abril de 1887, con su primigenia obra: La Escuela Nacional de Minas, la cual se fue erigiendo con el paso de los años como la institución más prestigiosa de la ingeniería en Antioquia, y el país, acumulando enorme reconocimiento en el ámbito latinoamericano.

Los fundamentos históricos, políticos, económicos y sociales que dieron lugar al surgimiento de la Escuela Nacional de Minas, se remontan al primer cuarto del siglo XX, cuando en el país irrumpe la industrialización y el auge minero por el oro y la plata, cuya riqueza reinante fue bien interpretada por grandes visionarios como los hermanos Tulio y Pedro Nel Ospina, este último, Presidente de la República entre 1922 y 1926, los que junto con otros líderes impulsaron las obras de infraestructura que comenzaron en toda Colombia a posicionar la región antioqueña.

El avance de la tecnología y el proceso científico desde el boom de la explotación minera, consolidó también la academia, posibilitando el florecimiento de la Escuela Nacional, que sólo se interrumpió por razones políticas en la época de la denominada Regeneración en 1895 con un quiebre de cinco años, en razón de anexar la Escuela a la Universidad de Antioquia. El enfrentamiento biparidista de los hermanos Tulio y Pedro Nel Ospina con el gobierno de Rafael Nuñez, nos deja un episodio complejo, crítico, y violento del proyecto de construcción de nación.

Al igual que ocurriera en otras latitudes, las universidades en Colombia fueron clausuradas una y otra vez, la Guerra de los Mil Días (1899–1902) es otro capítulo aciago y deprimente. Sólo después del 4 de abril de 1904 reabre sus puertas la Escuela de Minas como institución nacional ajena a la Universidad de Antioquia, pero cuando en 1906 Tulio Ospina llega a la Rectoría, vuelve a anexarla hasta 1911.

Pero dejando de lado el proceso político colombiano, lo que debemos reafirmar ad portas de la Orden Cívica para la Universidad Nacional y su Escuela de Minas, es su profunda y significativa influencia en la construcción de las carreteras finalizando el siglo XIX y buena parte del siglo XX. Gracias a ello, Colombia se insertó en la competitividad al contar con infraestructura apropiada, que luego de la Segunda Guerra Mundial logra un punto de consolidación.

La Nacional con su Escuela, es protagonista de primer orden en su aporte a la organización de las finanzas públicas, sus sistemas contables y estadísticos, la gestión de negocios, y la Ingeniería Civil como trascendental oferta académica. El departamento de Antioquia se benefició de inmediato con los programas.

La mutación no se detiene. En 1939 la Escuela se integra a la Sede Medellín de la Universidad Nacional de Colombia, además de la Escuela de Agricultura Tropical. Desde entonces pasa a denominarse Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia, manteniendo en alza su influencia y prestigio en Antioquia y el país.

Entre los hechos que han marcado momentos de recordación institucional, ser la primera Facultad con el primer doctorado en ingeniería del país en 1991, y registrar a Sonny Jiménez de Tejada como la primera graduación de una mujer ingeniera en el país.

Los datos de constante crecimiento de la Facultad de Minas a la fecha: 12 programas de pregrado y 40 de posgrado, entre los que hay 8 doctorados. Entre sus más de 7.000 estudiantes, cerca del 15 % son de posgrado. La investigación es constante compromiso por la excelencia académica y científica con 62 grupos de investigación.

Sus egresados y profesores han dejado un rastro indeleble de grandeza y servicio. Entre los principales, están el ingeniero calculista Luis de Greiff (uno de los más importantes matemáticos de la primera mitad del siglo XX), y el maestro Pedro Nel Gómez con su obra arquitectónica.

La Universidad Nacional de Colombia ha sido declarada patrimonio de todos los colombianos, y entre sus egresados más destacados: Barbara Franco, Lucio Chiquito, Adolfo Arango, Alvaro Vallejo, Dario Valencia, y desde la Escuela del Buen Vecino que en pos de construir más ciudadanía desarrollamos para la sociedad civil desde la SAI gracias a un colectivo de libre pensadores, nos enorgullece contar con su egresado insigne, el ingeniero Alberto Piedrahita Muñoz.

El doctor Dominik de María, ex docente Universidad de Antioquia, abogado y analista constitucional, especializado en Derecho Financiero de la Universidad Pontificia Bolivariana, escritor de temas jurídicos. Hace parte del H. Consejo de Exaltación Orden Cívica. Colaborador del portal de opinión global forochat.com.co